Participación en La Escuelita Viajera
Estas son algunas de las participaciones de nuestros estudiantes en el programa de la Escuelita Viajera, como parte complementaria del Proyecto de lectura "Entre Letras Nos
Acercamos.
PERFECTAMENTE IMPERFECTO
Carolina Velásquez Vásquez
I.E. Colegio Loyola para la Ciencia y la Innovación
Cuando lo conocí, intenté no fijarme en su atractivo o en las cosas que lo hicieran especial o diferente al resto; evité todo lo bueno que pudiera ver en él. Observé cada defecto, cada carencia, cada imperfección que pudiera tener.
Durante largo tiempo me dediqué a observar cada pequeño detalle, como su facilidad para enojarse, sus variadas cicatrices; pero más que nada, me fijé en la facilidad con la que solía lastimarme. Inevitablemente también me fijé en la profundidad de su risa, en el hoyuelo que se formaba en el lado derecho de su mejilla cuando sonreía, en su seguridad, en la dulzura de sus ojos; y así, entre aspectos buenos y malos, me terminé enamorando de sus virtudes y defectos por igual, lo amé de forma completa, sin peros, ni reservas, lo amé por quien era. Lamentablemente él no se enamoró de mí, pero ahora después de tanto tiempo no comprendo qué hace en mitad de mi boda gritando ¡Me opongo!
Uno más
Elián Kaled Gómez Espejo
Él era de esos "románticos empedernidos", pero no era más que un puberto como cualquier otro; a las mujeres no les parecía atractivo, ni tampoco les desagradaba, con sus compañeras mucho se reía, no se destacaba mucho entre los demás hombres, pero tenía una vehemencia que lo caracterizaba. A Sergio nunca lo aceptaban, féminas de su grado siempre lo tachaban de ser un simple amigo cercano, no se imaginaban junto a él. Después de crecer, "Checho" siguió sin dársele el amor, sus parejas lo trataban de "uno más", vivía triste e inseguro con sus porquéses, no se podía dar una explicación a su infortunio.
Algunos creerán que al final Sergio logró conseguir a su amor de toda la vida, pero la verdad es que no fue así, Checho murió solo, sin nadie quién lo acompañara. Sin embargo no murió abatido por su frustración en el amor, así aprendió algo aún más valioso que cómo tratar a una mujer…
…aprendió que no se necesita de alguien más para ser feliz, que podía amarse con sus perfectos e imperfectos sin alguien más que él.